sábado, 13 de diciembre de 2014

Entre el Arenoso y el Arenosillo

Ubicación: Montoro, Córdoba, España
Breve descripción

Con la creación del embalse del Arenoso, la loma del Cañahejal se ha transformado en una peculiar península, dispuesta entre las colas de los ríos Arenoso y Arenosillo, donde la vegetación natural resiste el envite de los olivos. El punto más elevado de la zona es el vértice geodésico Cañahejal, de 373 metros de altitud, adosado al cortijo del mismo nombre; pero el mejor mirador de este espacio es sin duda la peña del Águila, roquedo de duro conglomerado que se despeña hacia el valle del Arenoso desde una meseta situada a 269 metros de altura. Desde aquí la panorámica es extraordinaria, con vistas a los valles de los dos ríos, en gran medida inundados por el embalse construido hace unos años. En medio de este rellano se mantienen a duras penas las ruinas del cortijo de la Peña del Águila.
Los primeros cinco kilómetro discurren por un camino de reciente construcción que bordea el embalse del Arenoso, dispuesto en la margen derecha del arroyo Arenosillo, que en la actualidad constituye una cola de dicho embalse. Cuando se acabe el camino, se asciende por un olivar hasta conectar con un sendero que se adentra en el matorral y que conduce a la Peña del Águila. Retrocedemos de nuevo hasta olivar, hacia el norte, en busca de un camino que nos conduce hasta la Casería del Cañahejal. Continuamos en la misma dirección. El camino se cubre de asfalto durante 1,5 kilómetros hasta que en un cruce conectemos con el Cordel Real de Villanueva, a la derecha, por donde conectamos con la pista que tomamos al principio, a un par de kilómetros del punto de partida.




Información de la ruta: Pulsar aquí

Emplazamiento


Dificultad estimada: Media-alta

Fecha: 13/12/2014
Distancia Total: 15,1 Km.

Altitud: 

Max: 377 m. 
Desnivel acumulado en ascenso: 400 m.

Min: 210 m. 
Desnivel acumulado en descenso: 399 m.

IBP: 52HKG

- Fotografías
por cortesía de Rafael Manso©aquí 


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sábado, 15 de noviembre de 2014

Entre Constantina y la Ribera del Huéznar

Ubicación: Constantina, Sevilla, España
Breve descripción

Esta ruta nos permite conectar una interesante población del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, Constantina, con un paraje de excepcional valor medioambiental, como es la Rivera del Huéznar. La ruta se asienta sobre tramos de dos vías pecuarias: la Cañada Real del Robledo y el cordel de Cazalla y Extremadura. Sobre ésta última se ha trazado un tramo del sendero señalizado GR-48.
Por la calle Calvario de Constantina conectamos con el antiguo camino de Constantina a las Navas de la Concepción, hasta interceptar la Cañada Real del Robledo. Por esta vía pecuaria llegaríamos primero a la carretera A-8202 a la altura del cementerio de Constantina, atravesando un espléndido bosque de castaños. En los alrededores de Constantina es fácil disfrutar del paisaje generado por el castañar, uno de los atractivos de este parque natural, en cualquier época del año; su colorido verde intenso en primavera y verano -que resalta entre los alcornoques, encinas y quejigos- se torna en tonos dorados, amarillentos y bronces en otoño, para mostrar su desnudez en invierno.
Siguiendo por la mencionada vía pecuaria conectaríamos con la carretera que conduce a la ermita de la Virgen del Robledo y cerro Negrillo (A-8204), y posteriormente con la que conduce a san Nicolás del Puerto (SE-7102). En este tramo encontramos algunos robles melojos o rebollos, ya que atravesaremos uno de los pocos lugares donde esta especie crece en la provincia de Sevilla, como queda reflejado en los topónimos de los parajes por los que pasaremos, como el descansadero del Rebollar.
Habrá que caminar un corto tramo por la carretera A-455 de Constantina a Cazalla de la Sierra, hasta que, cerca del Kilómetro 17, a unos tres kilómetros del primer pueblo, la abandonemos para continuar por un sendero de 1,5 kilómetros que bordea algunos frondosos bosques de castaños. Atravesamos de nuevo la carretera A-455 en el punto donde se conecta con “El cordel de Cazalla y Extremadura", que nos acompañará durante los próximo seis kilómetros.

La ruta continúa por un carril terrizo que, tras subir una loma, desciende por una prolongada cuesta hasta la rivera del Huéznar, donde enlaza con el tramo final de la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla, desde donde se puede contemplar y disfrutar de las rumorosas y claras aguas del Huéznar, hábitat de nutrias y truchas. Por este carril continuamos hasta el puente sobre el Huéznar de la carretera A-445, visitando antes el área recreativa de Isla Margarita.
Atravesada la carretera, la ruta continúa por un sendero que discurre por la margen izquierda del Huéznar. Al llegar al puente de los Tres Ojos, cruzaremos a la margen opuesta, regresando por el otro margen hasta la Estación de Cazalla- Constantina. Cabe la posibilidad de prolongar el recorrido siguiendo el sendero del molino del corcho, por la margen izquierda de la Rivera del Huéznar hasta el puente de Jesús, por el que la vía férrea cruza el río, para regresar por el mismo camino hasta el puente de los Tres Ojos. Son tres kilómetros más, y como son de ida y vuelta, sumarían seis.

Información de la ruta: Pulsar aquí

Emplazamiento


Dificultad estimada: Media-baja

Fecha: 15/11/2014
Distancia Total: 15,80 Km.

Altitud: 

Max: 660 m. 
Desnivel acumulado en ascenso: 223 m.

Min: 420 m. 
Desnivel acumulado en descenso: 399 m.

IBP: 45HKG

- Fotografías
por cortesía de Julio D. Jiménez©aquí 

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sábado, 18 de octubre de 2014

Embalse del Salto al puente de las Grajas (Comarca del Alto Guadalquivir)

Ubicación: El Carpio, Córdoba, España

Breve descripción

Muy cerca de Córdoba, a treinta minutos por la autovía en dirección a Madrid, se localiza un enclave de gran singularidad, que tiene el raro privilegio de aunar en un reducido espacio los más diversos atractivos: naturales, arquitectónicos, históricos, y deportivos o de ocio. El embalse de El Salto, también llamado de El Carpio por su cercanía a dicha localidad, se encuentra en realidad compartido por tres términos municipales: Adamuz, Pedro Abad y el mencionado de El Carpio. La presa se localiza en una cerrada del río Guadalquivir, entre el Peñón de Vicálvaro, de 283 metros de altitud, y el cerro Alcurrucén, de 283 metros, nombre este último de gran interés histórico, ya que en la antigüedad aquí se asentó el municipio romano llamado Sacili Martialium.
El embalse de El Carpio es uno de los más pequeños de la provincia de Córdoba, con tan sólo 18 hectómetros cúbicos de capacidad. Fue concebido en su origen para aprovechamiento hidroeléctrico del agua, y de paso, para construir un puente demandado insistentemente por las poblaciones de Pedro Abad y Adamuz, comunicadas antes por barca. Tradicionalmente, esta masa de agua ha venido siendo aprovechada para la captura de especies piscícolas, como carpas y black-bass, sobre todo por pescadores de los pueblos cercanos,
Pero lo que dota de máximo interés a este paraje, es precisamente la construcción que hizo posible la aparición de esta lámina de agua de 376 hectáreas. Así, el conjunto denominado Presa El Salto, y su entorno, en El Carpio, ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía, con la categoría de Monumento, según Decreto 243/2003, de 29 de julio. Asimismo, el bien y el entorno declarados han sido inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Se compone de dos núcleos arquitectónicos distantes entre sí un kilómetro y unidos mediante un túnel: la presa y la central eléctrica.
La presa de El salto fue construida en un lugar donde existían unas antiguas aceñas, entre los años 1919–1922, e inaugurado por el rey Alfonso XIII, ejecutando la obra la compañía de ingeniería madrileña Mengemor. Su director, el ingeniero Carlos Mendoza Sáez, realizó el proyecto de obra civil, haciéndose cargo de la parte arquitectónica el arquitecto Casto Fernández-Shaw e Iturralde. El proyecto fue premiado en 1925 con la medalla de oro de la Exposición Internacional de las Artes Decorativas de París.
La presa o salto de agua fue edificada a base de hormigón, tratada exteriormente con un revestimiento del mismo material, con juntas señaladas a imitación de sillares a soga y tizón. Su resolución arquitectónica muestra un diseño de recreación neomudéjar, destacando el magnífico pórtico con arco de herradura y torreta poligonal inspirada en la arquitectura militar islámica. Los dispositivos mecánicos de este ingenio están perfectamente diseñados, atendiendo al uso y a su función, con soluciones llenas de ingenio y meticulosidad, que, además de su idoneidad técnica, está llena de valores artísticos.
Por su parte, en la Central hidroeléctrica de El Carpio destacan sus dos cúpulas blancas, y como detalle ornamental, la cabeza de un elefante, tallada por Juan Cristóbal, que sirve de ménsula a un pe­queño balcón con arco neomudé­jar y que pretende simbolizar los 10.000 caballos de potencia de la central.
Con el tiempo, la lámina de agua del embalse se ha ido dotando de un cinturón de eneas que en muchas ocasiones impide acercarse a las orillas. Los abundantes eucaliptos se acompañan de álamos blancos, que forman un denso bosquete en la desembocadura del arroyo Tamujoso. Numerosas aves pueden ser observadas en este embalse. Posadas en los árboles es posible avistar garcillas bueyeras, garcetas blancas, garzas reales y cormoranes grandes, sobre todo en invierno. Entre las eneas deambulan los calamones, gallinetas; y en primavera, también avetorillos, martinetes y alguna garza imperial. Finalmente, en las aguas libres nadan los ánades azulones, patos cucharas, fochas y zampullines chicos. Todo un paraíso para el observador de aves.
Podemos iniciar el itinerario en la misma central hidroeléctrica, conectando con la pista que conduce a la finca La Reyerta. En esta zona, por el margen derecho del Guadalquivir, discurría la Vía Augusta, que, tras pasar por los actuales cortijos de Santa Ana y de Mudapelo, cruzaba el río y continuaba coincidiendo con el conocido hoy como camino de El Carpio a Villafranca de Córdoba.
Al occidente de la central hidroeléctrica se atraviesa una antigua vía pe­cuaria conocida como “camino antiguo de El Carpio a Adamuz o de la Barca”, que partiendo de El Carpio conducía a la casa de la Barca, donde existía un molino y poste­riormente un barco que cruzaba a la orilla opuesta, para proseguir hasta el pueblo de Adamuz. A mediados del siglo XIX, Ramírez y Las Casas Deza decía de este camino que discurría por medio de olivares y huertas, y el dueño de la barca tenía la obligación de “pasar de valde” a los vecinos.
Desde el camino de la Reyerta tomamos un desvío que asciende hasta el cerro de Las Huelgas (1), y por senderos de ovejas conectaremos con un carril que lo recorre toda la cuerda del cerro. Podemos comprobar que son varios los senderos que parten de la carretera CO-3107 y ascienden a esta loma, que alcanza en su punto más elevado los 288 metros de altitud. Por ejemplo, unos 100 metros antes de llegar al punto kilométrico 5, parte a la izquierda un camino que asciende a lo alto de la loma, y que viene a desembocar al mismo sitio, pasando por un roquedo desde donde se obtienen espléndidas panorámicas del meandro de Alcurrucén (2). Este punto constituye otro lugar adecuado para iniciar el recorrido.
Si el carril que recorre la loma lo seguimos hacia el suroeste llegaremos a una explotación de ganado ovino que en los planos figura como casa del pastor. Hacia el noroeste, el camino nos conducirá hasta el punto más alto del cerro, cerca de un cortafuegos que se atraviesa transversalmente, Si descendemos por el mismo, a la izquierda, llegaremos a un collado, donde se conecta de nuevo con la vereda de la Barca, que desde el río Guadalquivir va siguiendo el cauce del arroyo del Parroso, que marca el límite entre los términos de El Carpio y Villafranca. La vereda continúa por la vaguada que desciende al norte, hasta salir de nuevo a la carretera, ofreciendo una espléndida vista de los peñascales que dan al valle del Tamujoso, donde cría el búho real.
Mirador de Sierra Morena (vista de Adamuz)
Atravesamos la carretera CO-3107 para acceder a la orilla del arroyo del Tamujoso, que seguimos aguas arriba por su margen derecha hasta salir de nuevo a la carretera en el puente situado en las cercanías de la peñón del Jituero. Si prestamos atención, en los pequeños remansos de este curso de agua podremos sorprender al azul martín pescador en su posadero, aguardando que algún pececillo se ponga al alcance de su certero pico; al escucharnos, los galápagos chapotearán huyendo en el agua; y currucas, mitos, mosquiteros y mirlos, entre otras aves, saldrán a nuestro paso de los álamos, tarajes, zarzas y adelfas. Posados en los troncos secos que emergen de la lámina de agua se pueden ver en invierno cormoranes grandes y garzas reales.
Peñón del Jituero
En la orilla del Tamujoso se localiza el Peñón del Jituero, un paraje de especial interés para la práctica de la escalada. Su geomorfología, formada por bloques de arenisca silícea del Devónico de hasta cuarenta metros de altura, y su idónea orientación Sur-Oeste, permiten la práctica de este deporte incluso en los meses más adversos. Dos factores han determinado la aparición de este crestón: la disposición subvertical de los estratos y la mayor resistencia a la erosión que los materiales adyacentes. Existen 25 vías profesionalmente equipadas con diferentes niveles de dificultad y dos puntos fijos para la práctica de rappel, además se puede llegar a su cima a través de un camino de acceso.
Desde el peñón del Jituero enlazamos con la vereda del Carpio, por un sendero algo empinado, regalando buenas vistas del curso bajo del valle del arroyo Tamujoso en su encuentro con el Guadalquivir, a la altura del embalse de El Salto; y también de la Campiña, con el pueblo de Bujalance en el fondo, fácilmente identificable por su esbelta torre.
Al principio predominan los materiales primarios, entre los que destacan pizarras del carbonífero, de color oscuro; pero poco a poco el tono del suelo del camino va cambiando, volviéndose más encarnado. Las responsables de este cambio de coloración son las areniscas triásicas (Era Secundaria), de inconfundible color rojizo, entre las que se pueden encontrar retazos de materiales miocénicos (terciarios); en ambos casos se trata de conjuntos que, depositados al pie de Sierra Morena, sufrieron con ésta un levantamiento en los últimos momentos del Plegamiento Alpino, resultado del cual será la ubicación de los mismos a mayor altitud que sus coetáneos al otro lado del Guadalquivir, ya en la Campiña. Estos materiales, suavemente basculados hacia el Norte, constituyen el techo de una formación de edad Triásica que aparece aquí y se extiende hacia el sureste, en dirección a Montoro.
La vereda del Carpio es aquí un angosto sendero, a tramos rodeado de gavias de piedra, y un poco más hundido que los terrenos circundantes. La presencia de esta vía pecuaria, escoltada por setos de matorral y encinas dispersas, rompe la monotonía del paisaje de olivar, caracterizado por la existencia de un marco regular de plantación. El matorral que la circunda es abundante y rico por su biodiversidad, destacando el romero, coscoja, lentisco, cantueso, aulaga, jara y zarzaparrilla; en primavera crece profusamente la orquídea del hombre (Orchys italica).
El sendero desemboca en un camino de mayor entidad, y a continuación daremos con un cruce, ya que en este punto se cruza la vereda de Obejo a Pedro Abad, por la que continuamos hacia la izquierda. Esta vereda discurre por el límite de un olivar, ofreciendo vistas formidables del valle de Tamujoso, que forma en este tramo un acusado meandro. Por un camino rodeado de pitas llegaremos al puente de la carretera A-421, entre Villafranca y Adamuz; por debajo del mismo se dispone el viaducto del antiguo trazado, conocido como puente de Las Grajas. Al lado de la carretera está el merendero municipal, donde se localiza la galería hidráulica de las Tobosas (3), y donde puede finalizar el recorrido.
Vistas desde el Mirador del meandro de Tamujoso
Cabe la opción de ampliar el itinerario unos cuatro kilómetros más, continuando por un sendero que parte de la antiguo trazado de la carretera A-421, para cruzar el arroyo Tamujoso y conectar con un camino que rodea el cerro de los Rabuelos, y ofrece buenas vistas de los meandros del Tamujoso. El camino sale de nuevo a la carretera para proseguir paralelo a la misma, cruzar al otro lado de la misma y llegar hasta el mirador de Sierra Morena. Llegamos así a Las Mojoneras, y por debajo del viaducto del nuevo trazado de la carretera, conectar con un tramo abandonado de la misma, principal acceso al monte público de La Sierrezuela, donde finalizaría el recorrido

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Emplazamiento




Dificultad estimada: Media-baja

Fecha: 18/10/2014

Distancia Total: 13,10 Km.

Altitud: 

Max: 346 m. 
Desnivel acumulado en ascenso: 394 m.

Min: 149 m. 
Desnivel acumulado en descenso: 397 m.

IBP: 45HKG

- Fotografías
por cortesía de Julio D. Jiménez©aquí 
por cortesía de Eugenio Pérez-Aranda©: aquí
por cortesía de Juan Carlos Coleto©:aquí


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Mirador meandro del Tamujoso



sábado, 20 de septiembre de 2014

Parque Natural de la Sierra de Huétor

Ubicación: Huétor de Santillán, Granada, España
Breve descripción
Este es un sendero de distancia bastante apropiada para andar, no muy acusada y que nos permite atravesar zonas muy diferentes de rocas, de bosques, de ríos y de buenas vistas y paisajes. Se inicia en el área recreativa de Las Mimbres, cerca de la autovía A-92 dirección Guadix, pasado el Puerto de la Mora, arrancando con una sencilla vereda entre pinares que se pega a una alambrada y supera un collado hasta llegar al río Fardes, al que se une por un frondoso bosque.

            Pasado un km. la senda se separa de la acequia y asciende por la Loma de las Chorreras, hasta llegar al Cortijo del Chorrillo, que contrasta con el entorno por su blanca figura, alargado y una noguera en la puerta. Continúa la subida y se adentra en el Collado del Cigarrón, con la Cuerda de los Gitanos a la derecha y un poco más allá el cerro del Corzo, donde está el mirador de las Minas y la caseta de vigilancia para incendios (que visitamos en la ruta anterior que hicimos por este Parque). Tras algún sube y baja y la vista de un árbol pintoresco, se llega al techo de la ruta en el Cerro del Muerto, 1.527 m., desde donde la vista de Sierra Nevada es impresionante. Más adelante,  ya en bajada por la Umbría de Polvorite se accede al mirador de la Cañada del Sereno y poco después al de la Zarraca. Dos plantas se encuentran casi en exclusiva en esta Umbría,  el eléboro fétido (helleborus foetidus) de flores blancas y la Adonis vernalis granatensis, de color oro. Hace aquí el camino un giro brusco de dirección hacia la derecha para poder encontrar el sendero que une con la Cueva de los Mármoles, con un desvío a la izquierda para visitarla. Cavidad curiosa, algo estropeada por la erosión, pero con formas calizas bien esculpidas y un entorno con encanto.

            Desandado el desvío, se prosigue por un falso llano, el Cerro del Carbonero para desembocar tras pasar un puente en la Fuente de la Teja, km. 9 del recorrido. Aquí se puede hacer una parada para probar el agua y refrescarse, antes de emprender el regreso y contemplar el bonito valle que ha surcado el río. Aquí también tenemos un recuerdo de la excursión anterior, pues un tanto a la derecha se encuentra el Sanatorio de la Alfaguara, con la figura de la enigmática Berta. Se sigue por una pista que circula a la izquierda de la Cueva del Gato, cueva interesante pero de difícil acceso, hasta llegar al mirador de las Veguillas. Unos metros antes hacia la derecha, salía una senda que accede a otro lugar visitado en el pasado, las Trincheras de la Veguilla. El carril continúa en descenso por una zona plagada de setas en otoño, que se dirige a la Cuesta de los Bolones y más tarde al nacimiento del río Darro. En este manantial crecen los berros y bajando el camino aparecen multitud de plantas olorosas como mejorana y tomillo. Se cruza el cerro de Fuente Fría y se deja a la izquierda la cueva del Señor. Los últimos dos kms. deparan un ligero repecho y el cruce de la autovía, para que el paso por la Urbanización Molino Alto y la Colonia el Río indiquen que la zona urbana ha llegado y con ella se alcanza el fin del trayecto, con el pueblo de Huétor-Santillán bajo las botas.

Información de la ruta: Pulsar aquí

Emplazamiento




Dificultad estimada: Media

Fecha: 20/09/2014

Distancia Total: 16,00 Km.

Altitud: 
Max: 1531 m. 
Desnivel acumulado en ascenso: 326 m.

Min: 1030 m. 
Desnivel acumulado en descenso: 663 m.

IBP: 51HKG

- Fotografías: Pulsar aquí

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Pino de seis brazos